James Ensor, el Maestro Flamenco moderno

James Sidney Edouard Ensor, nació en 1860 en Ostende, de padre británico y madre belga. Creció en las tiendas de recuerdos que regentaban sus progenitores. Las máscaras de carnaval que allí vendían, cautivaron a Ensor desde temprana edad, y se convertirían en una parte esencial de su trabajo. Aunque nadie pensó en ello cuando el joven James empezó a asistir a clases de dibujo con catorce años. Poseía un clarísimo talento que se desarrolló aún más en la Real Academia de Bellas Artes de Bruselas. Allí, Ensor estableció las bases de una impresionante carrera que tardaría casi 70 años en completarse, y durante la cual produjo unas 850 pinturas.

El artista de Ostende creó una obra disparatada, pero no se dejó encasillar. Este moderno maestro flamenco tenía un afán irresistible por experimentar, pero a la vez recurría a menudo a una serie de temas fijos. Son el hilo conductor de su obra. Por ejemplo, en sus lienzos incorpora a menudo personajes enmascarados, un guiño a su infancia en la tienda de recuerdos. También la figura de la muerte es una constante en su arte, al igual que su aversión subyacente a los valores establecidos y la burguesía, a pesar de que terminó perteneciendo a ella: en 1929 recibió el título de barón.

Esta mezcla única dio como resultado una serie de obras maestras incomparables, que ahora se exhiben en los museos más importantes del mundo. Su icónico lienzo, y quizás el más famoso, La entrada de Cristo en Bruselas (1888), se exhibe en el Getty Museum en Los Ángeles. Otras de sus obras se pueden admirar en el Louvre y el Musée D'Orsay en París, el MoMa y el Guggenheim en Nueva York y el Rijksmuseum en Ámsterdam. Más de 70 años después de su muerte, Ensor sigue viajando por el mundo.

Y, sin embargo, para Ensor no hay mejor lugar que el hogar. En vida, apenas dejó su Ostende natal por un breve espacio de tiempo, el necesario para formarse en la academia de arte de Bruselas. Pasó el resto de sus días ante el tranquilizador murmullo del Mar del Norte. Y, precisamente por eso, es ese el mejor lugar para conocerlo. El lugar en el que nació, pintó sus obras maestras y falleció.

La Casa Museo Ensor, a un paso de la playa del mar del Norte, es la meca de los amantes de este maestro moderno. Allí vivió y trabajó los últimos treinta años de su vida. Este lugar sigue rindiéndole homenaje hoy en día. La residencia de Ensor se ha complementado ahora con un flamante centro de visitantes, que destaca la vida y la obra del maestro. Las habitaciones decoradas temáticamente y las exposiciones temporales arrojan luz sobre diferentes aspectos de su vida y obra.

También el museo de arte Mu.ZEE, a unos quince minutos a pie de La Casa Ensor James, contribuye con una colección permanente. Aunque, aparte de estos dos aspectos tan destacados, hay mucho más que aprender sobre Ensor y su Ostende, como puedes descubrir aquí mismo.

Ostende fue el gran amor de Ensor, no cabe duda, aunque también tuvo un idilio con Bruselas donde encontró su personalidad artística. Allí fue cofundador de Les XX (Los Veinte), un innovador grupo de artistas que aportó una nueva dinámica al mundo del arte. En el entonces recién inaugurado Palacio de Bellas Artes (actualmente Bozar) recibió su mayor y más importante retrospectiva. En la actualidad, todavía se pueden encontrar algunas de sus obras maestras en el Museo Real de Bellas Artes de Bruselas (KMSKB).

También Amberes cuenta con una impresionante cantidad de obras de Ensor. El Museo Real de Bellas Artes de Amberes (KMSKA) posee la mayor colección del mundo de sus obras: nada menos que 38 pinturas e innumerables bocetos y dibujos. En las salas temáticas de este grandioso museo dedicadas a Ensor se encuentran obras maestras como La Intriga y Esqueleto pintando. En otro lugar de la ciudad, el Museo Plantin-Moretus ofrece una preciosa colección de 188 estampas y 13 dibujos del maestro. También encontrarás algunas de sus obras en el Museo de Bellas Artes de Gante y en el cercano Museo Dhont-Dhaenens.

La obra de James Ensor puede haber conquistado el mundo, pero Flandes sigue siendo la cuna de su arte.