
Ceci ce n'est pas une église
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Flandes está repleta de impresionantes catedrales, preciosas iglesias y pintorescos conventos y capillas. Cada vez más, estos edificios reciben nuevas funciones que pueden ser muy diversas. Presentamos las 'iglesias 2.0' más llamativas:
Una iglesia para comer
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Antaño la capilla de un hospital militar, ahora un restaurante de dos estrellas: The Jane. El precioso edificio neobarroco en el centro de Amberes fue convertido en un altar culinario por Sergio Herman y Nick Bril, dos chefs de nivel mundial. El edificio recibió un nuevo look elegante, pero sigue respirando un ambiente sagrado. Precisamente por ello los conocedores lo consideran uno de los restaurantes más bonitos del mundo.
Desde hace poco, también en Gante se adoran a los dioses culinarios en la antigua Capilla Baudelo. Holy Food Market es un homenaje a la vida y a la comida. En la capilla del siglo XVI situada en el centro de la ciudad quince puestos ambulantes te invitan a probar platos de inspiración internacional.
Una iglesia para hacer malabares
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Una iglesia para festejar
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En una capilla protestante junto a la Puerta de Namur en Bruselas desde hace una década puedes bailar hasta librarte de tus pecados. Se trata de la discoteca Spirito. El edificio renovado hace un guiño a su pasado mediante obras de arte iconográficas y vidrieras. Y eso que hace tiempo que las plegarias fueron sustituidas por ritmos más sensuales.
Quien busca tranquilidad musical la encontrará en Amberes, en la Iglesia de San Agustín. Es la sede del centro antuerpiense de la música AMUZ. La inigualable acústica eclesiástica convierte la iglesia en el escenario perfecto para la música clásica de todos los tiempos y culturas.
Una iglesia para curiosear
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Una iglesia para alojarte
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Escrito el 26 de junio de 2017