La asistente personal Marijke escribe acerca de un día de "Sol, mar y despreocupación"

Amplia playa de arena con postes de madera que se adentran en el océano. El cielo está parcialmente nublado y cometas coloridas vuelan, creando una escena serena y alegre.
Como era de esperar, no nos pudimos resistir a la silla de ruedas de playa.
Una persona en una silla de ruedas de playa con ruedas grandes amarillas es asistida por dos personas y un socorrista cerca de la orilla. La escena es alegre y solidaria.

Los amables asistentes nos recibieron muy cálidamente y nos informaron con detalle acerca de la utilidad de la silla de de ruedas con "ruedas grandes" (una silla de ruedas de playa). Como niños felices con un helado, fuimos rodando hasta la orilla, cada uno con una silla. No hay nada más delicioso que pasear por la orilla, saborear ese característico sabor salado del mar en los labios y sentir que el viento te despeina suavemente. El alojamiento es tan agradable como para pensar que el año que viene volveremos, preferiblemente para dar un largo paseo. ¡Sol, mar y despreocupación es una iniciativa maravillosa!”.

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