James Ensor, el patrón artístico de Ostende. Su nombre está indisolublemente ligado a esta peculiar ciudad costera. Un día en Ostende es una presentación de ensueño del universo de Ensor.
James Sidney Edouard baron Ensor (1860-1949) es una eminencia en las artes modernas. Actualmente, su nombre sigue sonando como artista de renombre. La impresionante obra de Ensor —se conocen aproximadamente 850 obras suyas— es tan experimental como reconocible. El humor, la sátira y la extravagancia son elementos recurrentes. Gran parte de la inspiración para esta obra procede de su ciudad natal, Ostende.
El maestro nació en esta ciudad en 1860 y allí exhaló su último aliento en 1949. La ciudad seguiría siendo su hogar durante toda su vida. Ensor y Ostende están indisolublemente unidos. Ese entorno también se filtró en su obra. De hecho, el pequeño James creció junto al murmullo del Mar del Norte, en la pequeña tienda de sus padres, su tío y su tía. Allí vendían recuerdos, conchas y todo tipo de baratijas, como máscaras de carnaval. Estas máscaras inspirarían a Ensor durante toda su vida. Junto con temas como la muerte y la aversión a la burguesía, esas máscaras fueron una constante en su impresionante obra. Una obra maestra como La Intriga es el ejemplo perfecto.