Paisajes afrutados con un toque especial

La salida y la llegada, es decir, el inicio y el final, de nuestra aventura de hoy está en Sint-Truiden, la capital de la región de Haspengouw. Este es un lugar repleto de patrimonio, pero lo dejaremos para el final de nuestro viaje. Primero: ¡a pedalear! Nos alejamos en nuestras bicicletas del centro de la ciudad e inmediatamente nos encontramos con nuestro primer punto de interés: 't Speelhof, una de las muchas fincas con castillo de la región. La rosaleda merece mucho la pena, aunque por ahora seguimos en la bicicleta. Apenas diez minutos después, pasamos por delante de una primera arboleda de frutales. Resulta ser solamente un aperitivo para el banquete del ciclismo que viene a continuación. Antes de que nos demos cuenta, nos encontramos en medio de un imponente paisaje repleto de árboles frutales. Durante kilómetros, serpenteamos entre la vegetación y nos dirigimos a algunos lugares de interés cultural.

Después de conocer esta pequeña iglesia tan especial, volvemos a la ruta trazada. Acabamos en una carretera estrecha, que serpentea entre campos y centros urbanos. Disfrutar de la campiña ondulada durante unos diez kilómetros sin obstáculos es una experiencia muy enriquecedora. Finalmente, así acabamos en otra deliciosa parada: Wijndomein Kitsberg. Haspengouw es la región frutícola por excelencia de nuestro país, Bélgica. Y con esa fruta puedes hacer mil y una cosas. Por ejemplo, aquí las uvas sirven para elaborar vinos de gran calidad. Y este solo es uno de los muchos viñedos de la región.     

En la Plaza Mayor, dejamos las bicicletas aparcadas. Nos detenemos en la Iglesia de Nuestra Señora, un lugar que atesora casi 1000 años de historia. En la cámara del tesoro, nos maravillamos ante relicarios y antiguas vestimentas religiosas. También visitamos la centenaria abadía. La milenaria torre de la abadía, recientemente restaurada, es un faro histórico para la ciudad. La Academiezaal de este complejo también es una agradable sorpresa. Esta sala, con una acústica celestial, es una de las más bellas del país.  

Un vigorizante paseo en bicicleta, bellos paisajes, fragantes frutas y una buena dosis de patrimonio y cultura. ¿Qué más se puede pedir? ¿Quizá una copita para recordar este día perfecto? Las terrazas en el corazón de Sint-Truiden tienen exactamente lo que buscamos.