La historia del castillo de Huizingen comienza ya en el siglo XV. El castillo, tal y como lo conocemos hoy, adquirió su forma gracias a Albert Vaucamps. Compró la finca en 1875 y la transformó en una obra maestra neorrenacentista, con un vasto parque repleto de senderos serpenteantes e impresionantes árboles.

Uno de los puntos más destacados del parque es el encantador jardín de rocas, también conocido como el «Valle de las Flores». Este jardín alpino, diseñado por Paul Dewit, se creó en 1958 con motivo de la Exposición Mundial Expo 58. El jardín es una colorida colección de plantas alpinas, rododendros japoneses y azaleas. Con sus sinuosos senderos, sus pintorescas zonas de agua y sus impresionantes vistas, el jardín de rocas es una visita obligada para cualquier visitante. No olvides admirar el castaño milenario, un árbol campeón con una impresionante circunferencia de más de cinco metros.

Junto al castillo también se encuentran la cochera y el palomar. Estos encantadores edificios añaden aún más carácter a la finca. La cochera, de 1879, y la portería, de 1918, son joyas patrimoniales que nadie se debería perder.