Las mejores marcas de chocolate belga

De Godiva a Leonidas, de Côte d'Or a Neuhaus: Bélgica tiene una amplia variedad de grandes marcas de chocolate elaborado por los mejores chocolateros del mundo. La región de Flandes se conoce a menudo como la capital del chocolate. Sobre todo porque dos de las mayores fábricas de chocolate del mundo, Callebaut y Puratos, se encuentran aquí. Con un acceso tan fácil a ingredientes de calidad y una rica historia de elaboración de dulces, te prometemos que disfrutarás de algunos de los mejores pralines que jamás hayas probado.

Las mejores marcas de chocolate

Lánzate a explorar el mundo culinario de las trufas, los pralines, las chocolatinas y sus sorprendentes sabores. Con más de 320 tiendas de chocolate en todo el país, ¡seguro que encuentras algo a tu gusto!

Côte d'Or

El 24 de abril de 1883, Charles Neuhaus registra la marca Côte d'Or. Así, nació un icono belga. El primer chocolate de Côte d'Or se elaboró a partir de granos de cacao de la Costa de Oro, la actual Ghana, y se asoció al conocido logotipo del elefante. La primera tableta se creó en 1911. Desde sus inicios, la variedad de tabletas de chocolate fue aumentando para convertirse en un surtido que incluye docenas de nuevos productos y sabores. Desde el Mignonnette, el Bouchée, el Chokotoff, las tabletas con galleta o el lanzamiento en 1990 de la gama Sensations, chocolate de sabor intenso para los grandes aficionados a este dulce, que incluye el chocolate Noir de Noir, el Noir Intense y el Noir Brut. Todas estas delicias de chocolate provienen de la experiencia y la pasión de Côte d'Or por el chocolate. Las razones de su éxito son evidentes: artesanía de vanguardia, fidelidad a un sabor intenso y único, y la receta original (alto contenido de cacao combinado con una calidad impecable y homogénea de los granos), así como una búsqueda constante de nuevas ideas y exitosas innovaciones en los productos. Y por último, pero no por ello menos importante: el respeto del grupo Mondelez International por el saber hacer belga ha garantizado que la calidad del chocolate Côte d'Or se mantenga y sea reconocida internacionalmente.

Godiva

La historia de Godiva Chocolatier es la historia de un artesano chocolatero cuyo nobmre se ha convertido en un símbolo de lujo y prestigio en todo el mundo. Todo comenzó en Bruselas en 1926, cuando Pierre Draps padre creó sus primeros bombones rellenos de praliné en el pequeño taller de su casa en Bruselas. La familia eligió el evocador nombre de «Godiva», inspirándose en la pasión y generosidad de Lady Godiva, protagonista de una leyenda medieval inglesa. El negocio siguió creciendo y se abrió una tiendra insignia en la emblemática Grand Place de Bruselas. Godiva está presente en más de ochenta países de todo el mundo y se ha convertido en sinónimo de sofisticación e innovación. Los maestros chocolateros de Godiva combinan sabores asombrosos con finas texturas y se sirven de su experiencia para crear obras maestras a partir de los mejores ingredientes.

Leonidas

Generosidad, frescura y «poner los pralines al alcance de todo el mundo» conforman la filosofía de Leonidas. Durante más de cien años, Leonidas ha permitido al mundo disfrutar la generosidad de sus magníficos bombones, con un surtido de más de cien variedades diferentes, en tiendas de todo el mundo. Leonidas garantiza la frescura y calidad de sus bombones, que se elaboran con métodos tradicionales empleando solo los mejores ingredientes. Para la cobertura, únicamente se utiliza manteca de cacao pura, junto con ingredientes 100 % naturales. Todos los demás componentes también se eligen cuidadosamente. Basándose en su filosofía de «poner los pralines al alcance de todo el mundo», Leonidas sigue creando productos originales y gourmet con un espíritu de unión, cercanía y generosidad.

Mary

En 1919, la amante del chocolate Mary Delluc abrió un negocio en Bruselas que estaba destinado a convertirse en la chocolatería Mary. Buscaba excelencia y calidad, un objetivo que luego se convirtió en un legado. Puede que la principal preocupación de Mary sea la calidad de las materias primas y los bombones elaborados, pero su extraordinario refinamiento también se refleja en la forma en que presentan sus productos, desde las cajas de bombones hasta los escaparates. Fue en 1942 cuando Mary recibió por primera vez el título de «proveedor Patentado de la Corte de Bélgica», título que recibió de nuevo en 1990 y 1994.

Neuhaus

Neuhaus trabaja con ingredientes de alta calidad y cuenta con más de 155 años de experiencia y saber hacer artesano. Las lujosas cajas de regalo hacen de sus creaciones un placer tanto para regalar como para recibir. Cuando Jean Neuhaus llegó a Bruselas en 1857, abrió su botica en la prestigiosa Galería de la Reina. Para hacer más agradable el sabor de sus medicinas, las cubrió con una capa de chocolate. Su nieto, Jean Neuhaus Junior, que heredó su pasión por el chocolate, tuvo la idea de sustituir la medicina del interior por deliciosos rellenos y así, en 1912, inventó el primer «praline» o bombón relleno. Unos años más tarde, la esposa de Jean Neuhaus Junior inventó la caja ballotin, un elegante envoltorio que convirtió el chocolate en un regalo de lujo. La pasión de Jean Neuhaus por el chocolate sigue estando muy presente en la amplia gama de bombones Neuhaus. Cada praline tiene su propia forma, sabor y nombre. Todos los bombones Neuhaus se fabrican en sus talleres de chocolate de Bruselas, Bélgica.

Maestros del dulce

Detrás de cada gran marca de chocolate se encuentra un equipo de los mejores chocolateros. Usan sus conocimientos, experiencia y saber hacer artesano para crear los bombones más finos y sofisticados, utilizando los mejores productos: chocolate belga de alta calidad. No huyen de las innovaciones ni de los desarrollos tecnológicos en el sector del chocolate. Y eso hace que obtengan galardones en diversos concursos internacionales, como el Patisserie World Cup.

De la misma forma que nuestros cerveceros trabajan duro por conseguir el sabor perfecto, la elaboración del chocolate exige una cantidad impresionante de trabajo. La elaboración de nuestro chocolate y nuestros pralines implica mucho más de lo que parece. Por esa razón, probar o llevarse a casa una caja de pralines a casa es una experiencia que nadie perderse al visitar Flandes.

Brussels Chocolate