Los alrededores de la abadía de Postel

Nuestra aventura en la región de Kempen, en la provincia de Amberes cercana a la frontera neerlandesa, empieza en el centro ecológico De Goren. Allí nos montamos en nuestras bicicletas y, después de unos cuantos pedaleos, cruzamos el Zilvermeer, un lago espectacular. Este enorme parque de recreación está situado alrededor del lago del mismo nombre, uno de los muchos lagos de esta región. Nos dirigimos hacia el canal atravesando un bonito carril bici cerrado. Esa extensión de agua pronto nos lleva a un primer punto culminante: la Sas4-Toren. Esta torre de 37 metros de altura marca el punto de confluencia de tres canales, algo único en Europa. Dejamos las bicicletas a un lado y subimos los 216 escalones de la torre. Podemos decir que es un esfuerzo que merece la pena. Una vez arriba podemos contemplar una fabulosa panorámica sobre el tranquilo Kempen. Con tiempo despejado, a kilómetros de distancia, vemos un paisaje que rezuma verdor, playas de arena y numerosos lagos de Kempen.

Aquí, hace 900 años, los premostratenses eligieron llevar una vida de silencio y sencillez en medio de los bosques de Kempen. Hacemos una breve visita a estos residentes tan especiales. Una vez que pasamos la puerta blanca de entrada, nos adentramos en un oasis de calma. En un breve paseo descubriremos las joyas de esta abadía. En la tienda de la abadía, encontramos alimentos energéticos para seguir nuestro camino, o para llevárnoslos casa: queso artesano, pan, cerveza y spéculoos.

Con nuestra mochila bien llena, seguimos nuestro camino. Un sendero llano nos lleva a pasar por bosques y campos abiertos hasta llegar a un carril bici sin coches que bordea el canal. El contraste entre la naturaleza abierta y la animación de las empresas ribereñas es extraordinario.

Y así seguimos pedaleando y nos dirigimos al final de nuestra ruta. Navegamos entre la vegetación, regresamos pasando por los lagos de Kempen. Allí, para recuperarnos, encontramos otro lugar acogedor. En nuestra mochila encontramos algunas cosas más compradas a los monjes de Postel. Un final maravillosamente tranquilo de un vigorizante paseo en bicicleta.