Ruta de los puertos perdidos del Zwin
Salida

Inicio: Brujas, un lugar de ensueño
Nuestro recorrido en bicicleta por las joyas medievales empieza en la pintoresca Brujas. Sin duda, estamos ante un principio perfecto. En aquella época, la ciudad era uno de los centros comerciales más importantes de Europa. Esa grandeza aún resuena entre el campanario y la catedral, en sus callejones y canales, pero también a través de las plazas. Eso es algo que percibimos cuando montamos nuestro vehículo de dos ruedas en la plaza Jan Van Eyckplein. Volveremos aquí más tarde, pero antes saldremos al mundo exterior. Pasando por los pintorescos canales de Brujas, acabamos en un precioso carril bici que discurre a lo largo del agua.

De Damme a los pueblos pesqueros
Así llegamos media hora más tarde a Damme, una acogedora ciudad con casi 1000 años de historia. Será la primera de muchas paradas placenteras de nuestro viaje. Subimos los 206 escalones de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Allí, la vista de cuento de hadas nos deja en silencio. Veremos la forma estrellada de la ciudad, el skyline de Brujas, la recta Damse Vaart y numerosas reservas naturales.
Después de nuestra primera parada, volvimos a subirnos en nuestras bicicletas. Nos guiamos hasta el pintoresco Damse Vaart, un canal de 200 años de antigüedad, además de un maravilloso escenario para excursiones a pie y en bicicleta. A nuestra izquierda pronto se asoma un pedazo de naturaleza intacta: el Romboutswerve. En invierno, esta reserva natural protegida es un importante lugar de cría para numerosas especies de aves como la avefría, el cernícalo vulgar y el mochuelo común. La cabaña de observación situada al borde de la finca nos ofrece unas vistas magníficas.
Desde allí, pedaleamos hacia el antiguo pueblo pesquero de Monnikerede. Allí nos encontramos con uno de los muchos puntos de RV de esta ruta ciclista. Un visor de realidad virtual nos muestra imágenes nunca vistas de los desaparecidos Zwinhavens. Ese visor te sumerge en una simulación de 360° de épocas pasadas.
Nos despedimos del paisaje virtual-medieval y seguimos pedaleando. Elegantes diques con majestuosos sauces y álamos nos adentran en el Sint-Donaaspolder. Este santuario de aves de pradera nos recibe con los brazos abiertos, un experimentado guía de senderismo nos muestra encantado los alrededores.

Buscamos la frontera
Después de conocer otra joya natural, continuamos nuestro recorrido hacia la frontera belgo-neerlandesa. Atravesamos la encantadora ciudad fronteriza de Sluis y nos adentramos en el Dievegat (agujero del ladrón). A través de esa pintoresca pradera con charcas, carrizales y anfibios poco comunes, entramos en un lugar especial: el Parque natural Zwin. Se trata de una reserva natural única que atesora una riqueza excepcional de fauna y flora. La zona está conectada con el Mar del Norte, por lo que las mareas hacen de las suyas. Esta zona de 345 hectáreas, donde invernan miles de aves cada año, está viva. Las preciosas rutas de senderismo y ciclismo nos ofrecen unas vistas maravillosas. Dos visores de realidad virtual nos llevan a conocer a vista de pájaro la evolución del paisaje de Zwin. Estaríamos locos si no nos tomáramos un descanso aquí.

Relajarse en el Zwin
Después de disfrutar de un merecido descanso, emprendemos la ruta de regreso. A través de las dunas interiores de la costera ciudad de moda de Knokke, pedaleamos por Oostkerke, antaño la parroquia principal de todas los pueblos del Zwin, que sigue siendo una joya. Así, el recorrido nos lleva de vuelta hacia Damme. Aquí también encontramos un punto de RV. Este nos lleva al año 1299. Esta ciudad era entonces un importante puerto de transbordo de mercancías de la región. La película de 360° nos sumerge en la actividad medieval.

Sabores olvidados
Mientras tanto, el contador de nuestro manillar ya marca más de 50 kilómetros. Creemos que es el momento de fortalecer nuestro interior, necesitamos comida y bebida. De hecho, la ruta ciclista Verdwenen Zwinhaven (ruta de los puertos desaparecidos del Zwin) también tiene un componente culinario. Los arqueólogos de la alimentación indagaron en la despensa de la región medieval de Zwin. Los ingredientes constituyen la base de creaciones contemporáneas que podemos degustar en diversos lugares de esta ruta. En Damme, Proeflab Mout nos permite degustar esos sabores olvidados.

Final: Brujas, un lugar de ensueño
Con el necesario alimento energético entre los dientes, emprendemos el tramo final de esta ruta. A través del majestuoso canal Damse Vaart, que es un lugar maravilloso para caminantes y ciclistas, regresamos a nuestro punto de partida. A través de la serpenteante Langerei, durante siglos símbolo de la próspera Brujas, pedaleamos hasta el centro histórico de la ciudad. Un nuevo visor de realidad virtual nos traslada a los gloriosos tiempos de la Brujas medieval. Al final, vemos lo mismo en el aquí y ahora.
Una vez en Brujas, nos animamos a dar un fantástico paseo en bicicleta. Tenemos más que suficiente sobre lo que hablar. Nuestras bicis pueden descansar un rato, nuestras piernas también. ¡Salud!
Llegada
Información práctica
- Aparcamiento:
Parking Biekorf, Parking Station, Parking Centrum 't Zand - Transporte público:
Station Brugge - Alquiler de bicis:
Blue Bike, Bruges Bike Rental, De Ketting - Red de puntos nudo :
Esta ruta no discurre totalmente por rutas nodales. Sigue las señales de «Verdwenen Zwinhavens» (puertos perdidos del Zwin) o utiliza el gpx.