Peter Goossens
Una comida en el Hof van Cleve debe ser una celebración, tanto en el plato como en la sala. «Cada día, nuestro equipo se compromete a hacer que cada comensal se sienta bien. En la cocina buscamos la perfección en el plato. En este tipo de trabajo no se puede decir «hoy no está tan bien como siempre». La gente espera una experiencia inolvidable y eso es lo que pretendemos en cada servicio».
El sabor único de nuestros productos regionales
Oda a la cocina flamenca
La temporada aporta ritmo a la alta cocina de Goossens. «Ahora acaba de terminar la temporada de caza, pero estamos deseando que llegue el primer cordero. Sería absolutamente fantástico que pudiéramos servirlo con los primeros guisantes. También tenemos algunos clásicos que están en el menú todo el año. Un plato emblemático es el rodaballo a la parrilla con una bearnesa de bogavante u ostra». Aunque todos los platos del Hof van Cleve son un placer para la vista, Goossens tiene muy claro cuál es su prioridad. «No soy florista, nunca pondré flores que no aporten nada al sabor en un plato. Lo visual nunca se debe imponer». Otro pilar fundamental de su filosofía es honrar la cocina local. «No debemos imitar la cocina española o escandinava, nosotros mismos tenemos una rica cultura gastronómica que ofrece toda la inspiración necesaria. En España, por ejemplo, se comen tapas porque tienen la costumbre de dormir la siesta. En el norte, la gente hace muchos encurtidos porque tradicionalmente tenían que sobrevivir a largos inviernos. Tenemos que buscar nuestro contexto y nuestra individualidad. Piensa, por ejemplo, en nuestros guisos con cerveza o en las anguilas «in ’t groen», o en el «koninginnenhapje»: platos maravillosos de los que podemos estar orgullosos».
El legado de Goossens va más allá de su propio restaurante. «Estoy orgulloso de haber podido formar a una nueva generación de cocineros. Cada uno sigue su propio camino, pero todos se centran en el sabor. Me alegro de haber podido transmitírlo porque, al fin y al cabo, de eso se trata».